" Siempre hay perdón para los pecados, y no se nos exige que hayamos llevado una vida justa " [ 1 ] decía el escritor Saúl Bellow sin recordar de dónde había sacado la frase. Algo similar me ocurre con esta cita: " La fortaleza de estar ofendido radica en no dudar de sí mismo. La debilidad de estar ofendido radica en no poder permitirse dudar de sí mismo " . Según yo, proviene del libro " Aquí y ahora: Cartas entre Paul Auster y J.M. Coetzee " . Al menos, así lo anoté en mi libreta del año 2013.
Sin embargo, anoche busqué el artículo " La " seguido de una " F " en cada página del libro. También busqué las palabras " fortaleza " y " debilidad " más o menos juntas. Y luego busqué dos frases terminadas en " mismo " . Lo que constituye un detalle en sí mismo. Pero la cita no apareció. Su contenido, por otro lado, sí.
Nunca había pensado que pudiese haber una fortaleza en estar ofendido. Pero parece que la hay. El ofendido marca un límite a quien le ofende. Sin enfrentarle, le opone resistencia y lo hace desde, al menos, dos convicciones personales. Uno. Que lo recibido por él es una ofensa. Y dos. Que no la merece. Así que gana fortaleza quien conoce su propio valor. Porque conocer el propio valor es una fortaleza.
Ahora veamos qué pasa con la segunda frase. La misma confianza que fortalece al ofendido, cuando es excesiva, lo debilita. ¿ Cómo ? Impidiéndole dudar de sus ideas. Separándolo de lo otro, de aquello - que - no - es - él. Entonces ¿ cuándo es excesiva la confianza ? Cuando muta a certeza y embarra el pensar. Porque lo vuelve panfletario, preconcebido, auto referente. Descartes ya dijo que pensar es ponerse en duda. He aquí una bella contradicción. El ofendido no puede confiar en sí mismo a menos que dude. Esto es, a menos que piense. El ofendido se debilita cuando no puede pensar.
Hay muchas ofensas que impiden pensar. No podría ser de otra manera. Pero enfoquémonos en el ofendido.
Según Chesterton, el aclamado Dr. Johnson ( un crítico literario del siglo XVIII ) " Comprendía que la parte ofendida no quiere ser compensada por haber sido agraviada, quiere ser reparada por haber sido herida. Boswell [ su biógrafo ] se quejó una vez a él en privado y le explicó que no le importaban sus asperezas cuando estaban a solas, pero que no le gustaba que le despedazaran en público. Añadió alguna manida figura retórica, algún símil tan trivial que ni siquiera recuerdo cuál fue. - Señor, dijo Johnson, ése es uno de los mejores símiles que he oído nunca - . No perdió el tiempo en retirar formalmente esta palabra o aquélla con explicaciones. Notó que le había hecho daño y trató de agradarle. No había sabido prever lo que irritaría a Boswell, pero al menos sabía qué era lo que le consolaría. Es este gigantesco realismo de la bondad de Johnson, lo directo de su emotividad, cuando se muestra emotivo, lo que hace que siga ejerciendo su autoridad entre tantas generaciones " [ 2 ] .
Bibliografía
1 [ Bellow, Saul, Henderson, el rey de la lluvia, 2004, Debolsillo, Barcelona, 10 ] La frase original dice " Forgiveness of sin is perpetual and righteousness first is not required ".
2 [ Chesterton, G. K. , Correr tras el propio sombrero, 2005, Acantilado, Barcelona, 254 ]
Extraído de los " Ensayos de J. M. Murmik ", Inédito, 2022.
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Nosecuenta.
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